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Síndrome del Impostor, ¿cómo puede afectar al trabajo?

Una carrera profesional llena de éxitos y logros académicos puede ser un motivo de alegría y orgullo para una persona. Sin embargo, en muchos casos solo trae un sentimiento de culpa por no ser merecedor de aquello conseguido con trabajo y esfuerzo, hablamos del Síndrome del Impostor. 

Puede parecer un trastorno ajeno, pero lo cierto es que este síndrome se manifiesta alguna vez en la vida en 7 de cada 10 personas. Según la doctora Valerie Young, “Millones de mujeres y hombres en todo mundo, desde exitosos directivos de empresas, hasta brillantes estudiantes o actrices, como Kate Winslet, están secretamente preocupados por no ser tan capaces como todos creen". El hecho de nunca estar a la altura de las capacidades de uno mismo, o simplemente creer que el puesto que ocupan actualmente ha sido un simple “golpe de suerte” es una de las características más comunes de este síndrome del fraude.

Causas del Síndrome del Impostor.

Es complicado poder detectar las causas, puesto que, cada persona tiene una personalidad diferente. Aún así, se han detectado diferentes patrones que podrían explicar el trastorno.

  • Dinámicas familiares durante la infancia: Cuando hay alguna persona dentro del ámbito familiar, como un hermano, que acapara más logros o es conocido como el “inteligente”, también cuando se tienen padres muy exitosos o uno mismo se siente como la “oveja negra”.
  • Estereotipos sociales y diferencias salariales: Este tipo de síndromes no tiene género, se dan de igual manera tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, siempre ha habido una creencia en que ocurría más en mujeres por temas sociales como la presión de ser madre o la diferencia en el ámbito profesional entre géneros, es decir, la brecha salarial.
  • Percepción de éxito y competencia: Cuando comparas tu éxitos y fracasos con el resto comienzas a crear una obsesión que llevará a la pérdida de confianza en uno mismo y a la búsqueda de la perfección constante.

¿Cómo afecta a la vida laboral?

La reducción de la productividad es uno de los factores más comunes, cuando se cree que no se puede dar más de sí y cuando no hay objetivos de crecimiento se suele trabajar por debajo del rendimiento de uno mismo. La falta de motivación es una de las consecuencias más comunes derivadas del sentimiento de culpa.

Otra de las consecuencias es el hecho que aumenta el nivel de estrés y ansiedad, es agotador sentir constantemente no estar a la altura de aquello conseguido y sentir que uno mismo es un fraude, es por eso, que el estrés y la ansiedad se manifiestan de una forma severa. Además, esto aumenta al sentir miedo por ser descubierto por “engañar” al entorno laboral.

Detectar sus causas y consecuencias es importante para poder tratar el trastorno a nivel psicológico. Alégrate de tu trabajo y esfuerzo por todos los logros conseguidos.