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En España, el grueso del tejido empresarial lo forman las empresas familiares que representan el 85% del total de las compañías, llegando a generar cerca de 14 millones de empleos, es decir, tres de cada cuatro puestos de trabajo pertenecen al sector privado. Así lo concluye el estudio Los valores y la comunicación en la empresa familiar, elaborado por la Cátedra de Empresa Familiar del IESE en colaboración con Atrevia.

El estudio pone de manifiesto la relevancia que los valores tienen para la mayoría de los encuestados, siendo una gran fortaleza de la empresa familiar. El vínculo personal y tangible  de la propiedad supone una ventaja para sus compañías.

La mayoría de los encuestados reconoce que los valores que levantaron el negocio siguen siendo una pieza clave dentro de la organización, pero los nuevos retos a los que deben enfrentarse, como los cambios generacionales o el crecimiento de la compañía, dificultan la tarea de mantenerlos vivos.

A pesar de ello, son muchos los beneficios que los valores aportan a la empresa familiar. Son claves para aumentar el compromiso de los trabajadores, y ayudan a diferenciarse de la competencia, siendo uno de los puntos estratégicos de estas organizaciones. Un 70% de los encuestados consideran que contribuye a posicionarse frente a la competencia. El 84% cree que es bueno para la reputación general de la firma, y hasta un 88%, para la imagen que tiene el cliente o consumidor final.

Mantener vivos los valores fundacionales de la empresa no es tarea fácil, y es por ello que la comunicación se convierte en la herramienta clave para que, todas las personas implicadas en la empresa, los asuman, y se transmitan al exterior.

Del estudio se extraen varios aspectos en el que las empresas familiares deberían mejorar, y es en el conocimiento que los miembros de la familia propietaria tienen de la marcha de la compañía. Es importante establecer mecanismos de comunicación formales para informar al resto de miembros, ya que un 42% de los encuestados desconoce el volumen del negocio familiar.

Una clara mayoría admite que la existencia de mecanismos de comunicación formal influye en el nivel de compromiso de la familia con la empresa (79%), en la continuidad (72%) y en la evolución y el crecimiento de la misma (69%). Y, además, un 81% cree que ayuda a transmitir los valores familiares que sustentan sus empresas.

Asimismo, estas empresas carecen de planes estratégicos y protocolos de comunicación que comuniquen el negocio al exterior. A pesar de que el 41% de las compañías utiliza la identidad de la empresa familiar como un atributo para sumar valor corporativo.

La ausencia de comunicación corporativa también tiene repercusiones negativas de las que los entrevistados son conscientes. “Los tiempos cambian y te das cuenta de que si no comunicas, si no estás ahí, no eres nadie. De hecho, si no comunicas, comunican por ti”.