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Las enfermedades cardiovasculares se deben a trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos. Actualmente, es una de las principales causas de mortalidad u hospitalización, por eso, es importante detectar sus causas y prevenirlas. El estrés se ha considerado un nuevo factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.

¿Qué es el estrés? 

En 1935, Hans Selye describió el estrés como la respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento de un sujeto que busca adaptarse y reajustarse a presiones tanto internas como externas. Puede ser positivo (eustrés) o negativo (distrés).

Una vez se detecta la presencia del estrés el organismo activa lo que se denomina respuesta de estrés, que se inicia en el sistema nervioso y endocrino. Cuando alguien se expone a un agente estresor se activan los sistemas segregando diferentes hormonas que alteran el flujo sanguíneo y hacen que el organismo concentre sus fuerzas en el cerebro y el corazón, entre otros órganos. 

En concreto, el estrés, obliga al corazón a trabajar de una manera más intensa. Incrementa la frecuencia cardíaca y la fuerza de contracción, la sangre se espesa y las arterias se vuelven menos reactivas o elásticas dificultando la circulación de esta. En resumen, nuestro sistema cardiovascular se hace vulnerable.

Síntomas del estrés

Detectar el estrés puede ser uno de los factores más importantes para prevenir y ayudar a reducirlo. Podemos encontrar diferentes tipos de síntomas, aunque son muy variados y dependen del tipo de estrés que se sufra:

• Físicos: sudoración excesiva, tensión muscular, náuseas, palpitaciones, migrañas, etc.
• Emocionales: inquietud, angustia, irritabilidad, ansiedad, cambios de humor, etc.
• Conductuales: risa nerviosa, alteraciones del sueño, tics nerviosos, pérdida del apetito o comer en exceso, etc.
• Cognitivos: dificultad para concentrarse, alteraciones en la memoria, pensamientos repetitivos, etc.

¿Cómo reducir el estrés?

Es necesario tratar tanto el estrés físico como el estrés emocional para combatir los agentes estresores y conseguir detectarlo de manera preventiva.

• La realización de ejercicio físico o llevar una vida activa ayuda a disminuir el estrés además de otros factores de riesgo cardiovasculares.
• Llevar una dieta equilibrada para aportar los nutrientes necesarios rica en verduras, frutas y fibra, baja en grasas y azúcares. Limitando el consumo de tabaco, café, alcohol o sustancias que potencien el estrés.
• Dormir bien y un mínimo de 8 h diarias, ya que, promueven la renovación y recuperación celular.
• Psicoterapia. Implementar rutinas como técnicas de relajación, respiración y meditación reduce el estrés y mejora la presión arterial.

Desde Mutua Intercomarcal promovemos información para conseguir un bienestar saludable, si crees que padeces estrés acude a un especialista y resuelve tus dudas. ¡Cuidarse es importante!