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Como  cada 1 de diciembre desde 1988,  hoy se celebra el Día Internacional de la Acción contra el Sida. Esta celebración tiene distintas finalidades. Por un lado, pretende sensibilizar  y recordar a las personas que han muerto a causa de este virus, al mismo tiempo que se  intentan combatir los prejuicios que acompañan esta enfermedad e informar sobre su contagio y tratamiento. En definitiva, es un día que sirve para reconocer la intensa labor que  realizan muchas personas durante todo el año.

Si hablamos de estadísticas, a pesar de que la enfermedad ha pasado en estos últimos años de ser mortal a tener un tratamiento efectivo, las cifras nos  muestran que todavía queda mucho por hacer. En 2015, según los últimos datos de Cruz Roja, 2,1 millones de personas en todo  el mundo se infectaron con VIH, y de todos  ellos, 150.000 eran niños y niñas. En España, cada año lo contraen 1.000 jóvenes.

Según los expertos, una de las armas más eficaces que tenemos en nuestras manos para prevenir la enfermedad es la lucha desde las aulas, dotando a los más jóvenes de una educación sexual  que evite que los adolescentes corran riesgos  y que les permita pedir ayuda en caso de que la necesiten. Esta herramienta es fundamental para combatir la mala información que tienen los jóvenes españoles de las enfermedades de transmisión sexual y los prejuicios y estereotipos  que existen sobre el sida.

Es fundamental que estas campañas informativas sean inclusivas y que estén dirigidas a todo tipo de personas para poder llegar también a otros sectores de la población, cómo la comunidad gay, ya que según los datos del Ministerio de Sanidad, la vía de transmisión más frecuente del VIH en nuestro país, todavía  sigue siendo la sexual, que representa un 79% del total de casos (el 53,6% en hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres).

Sin embargo, a pesar de que el desarrollo de los tratamientos ha permitido reducir la mortalidad, el VIH continúa siendo  en el  2016 un importante problema de salud pública, en todo el mundo y  también en nuestro país.  Por ello, es necesario terminar, de una vez por todas,  con la ignorancia y la falta de educación sexual en nuestra población, y en especial entre los más jóvenes, para evitar que estos pongan en riesgo, no solo su salud, sino también sus vidas.