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Según la oficina europea de estadística Eurostat, la vida laboral del europeo se ha hecho dos años más longeva en solo una década. En otras palabras, eso significa que un ciudadano comunitario que ahora tiene 15 años estará activo de promedio 35,4 años a lo largo de su vida, tenga o no tenga un empleo durante este tiempo.

Si se comparan estas cifras por sexo, podemos observas notables diferencias.  El incremento de años trabajados en las mujeres es mayor, concretamente una vida laboral 2,6 años más dilatada (32,8 años) que hace una década, mientras que en el caso de los hombres el incremento  es inferior (1,2), a pesar de que su expansión vital de trabajo sigue siendo superior (37,9 años).

En España, la expansión de la vida laboral (2,1) supera el avance medio en la UE y asciende dos posiciones respecto a la medida tomada en 2005, sin embargo, los 34,9 años que dura la vida activa de un español que ahora tiene 15 años, sigue siendo inferior a la de los países del norte de Europa.

Este crecimiento de la vida activa esperada en España está relacionado con el retraso de la edad de jubilación. Las cifras de la OCDE así lo ratifican.  Los españoles se jubilan con una edad media de 62,3 años y las españolas a los 63,2. Una cifra similar a la de los británicos (63,7 y 63,2) y  más alta que la de los alemanes y los franceses (62,1 y 61,6) y (59,7 y 60).

Así pues, si nuestra edad de jubilación es similar o incluso superior a la de los países de nuestro entorno, ¿por qué dura menos nuestro periodo de actividad que en el resto de países? La respuesta se encuentra en la tardía  incorporación de los españoles al mercado laboral debido a motivos como la elevada tasa del desempleo entre los menores de 25 años (42,6%).