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Las personas constituyen la base de cualquier empresa u organización, es por ello que es fundamental que se sientan sanas y motivadas. De este modo las compañías podrán seguir  creciendo y desarrollando su trabajo óptimamente. Sin embargo, el día a día no siempre ayuda a mantener el cuerpo y la mente en forma.

En nuestro país, una jornada laboral completa supone entre ocho y diez horas, además del tiempo que dedicamos a los desplazamientos y a la comida. Este horario puede llegar a significar un total de entre 12 y 15 horas por día. Asimismo, son muchas las personas que ven mermadas su salud y su rendimiento laboral debido a los innumerables efectos negativos que estas largas jornadas laborales producen (la falta de descanso, el estrés, la fatiga…).

No obstante, según los datos del último barómetro Edenred Ipsos 2016, que examinó el bienestar en el trabajo entre 14.400 empleados en 15 países, el 68% de los españoles se siente satisfecho con el bienestar del que goza en su centro de trabajo, aunque, es también evidente que el absentismo laboral por enfermedad sigue siendo un problema todavía no resuelto.

En España, la tasa de absentismo (entendido como el porcentaje de horas no trabajadas respecto la jornada pactada) supuso, según el V Informe Addeco sobre Absentismo, un 4,7%, que equivale a 3.934.380 bajas laborales, un 10,23% más que en el año anterior.

Por otra parte, numerosos estudios han demostrado que las personas físicamente activas y con una rutina saludable, padecen menos enfermedades que aquellas que tienen hábitos de vida más tranquilos y sedentarios.

De igual forma, se ha demostrado que existe una relación positiva entre la práctica del ejercicio físico y el rendimiento laboral. El deporte puede ayudar, por ejemplo, a combatir el estrés, mejorar nuestra actitud ante el trabajo o liberar tensiones, mejorando de este modo, las relaciones entre los empleados y las empresas.

Actualmente, son muchas las experiencias empresariales que han demostrado que los trabajadores que realizan ejercicio habitualmente mejoran su estado de salud y su calidad de vida, reduciendo así el absentismo laboral, al mismo tiempo que mejoran su rendimiento y productividad.

Además, más allá de estos beneficios, estas prácticas también conllevan un importante ahorro en las empresas y ayudan a aumentar la visibilidad de estas compañías en los ámbitos relacionados con la Responsabilidad Social Corporativa.

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