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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado el informe “Las mujeres y la salud: los datos de hoy la agenda de mañana”, en los que se ha llevado a cabo un estudio de datos recientes sobre las necesidades específicas de las mujeres, así como de los problemas de salud que afrontan desde el nacimiento. Las conclusiones del informe apuntan a que  salubridad de las mujeres no se ha estudiado suficientemente, y que las sociedades del mundo entero siguen fallando a la mujer en momentos clave de su vida, particularmente en la adolescencia y la vejez.

Esta circunstancia ha generado importantes desigualdades entre la salud de hombres y mujeres, dando lugar a graves consecuencias para la población femenina. Según informa la OMS, en más de una ocasión se han aplicado a las mujeres resultados de estudios realizados fundamentalmente con hombres, causando errores en el diagnóstico, la prevención o la terapia. La OMS explica que mujeres y hombres afrontan muchos problemas de salud semejantes, pero las diferencias biológicas son de tal magnitud que la salud de las mujeres merece que se le preste una atención particular.

Un ejemplo que ilustra esta problemática son las enfermedades cardiovasculares. Con frecuencia las cardiopatías en mujeres no se diagnostican correctamente ya que suelen presentar síntomas distintos a los hombres, lo que pospone el tratamiento y su curación, lo que puede ocasionar funestas consecuencias.

Otro aspecto en el que el informe hace hincapié es la menstruación. A pesar de que son muchas las mujeres que todavía creen que el dolor menstrual es algo natural, que hay que remediar a base de analgésicos o antinflamatorios, se ha estudiado que la dismenorrea (nombre que recibe este tipo de dolor) puede ser una manifestación de distintos desequilibrios hormonales, cuya causa debe investigarse y resolverse.

Desafortunadamente, esta es una realidad que existe y que, desde hace varios años, se está trabajando desde muchas instituciones por la igualdad de género y la salud, tanto a nivel nacional como internacional. Pero para poder mejorar la atención que recibe la salud de las mujeres en general, resulta fundamental que ellas se impliquen en la lucha contra estas desigualdades, exigiendo más investigación centrada en las particularidades del género femenino y en las mejores soluciones a sus problemas específicos de salud.