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Abusar de las nuevas tecnologías y estar conectado las 24 horas del día tiene sus pros y sus contras. Como ya explicábamos en un post anterior, el uso excesivo del teléfono móvil puede provocar “lesiones tecnológicas”, así como importantes trastornos en la conciliación del sueño.

Desde el Hospital Vithas Medimar Internacional de Alicante, afirman que el uso de los dispositivos electrónicos antes de ir a dormir, retrasa el inicio del sueño y, además, hace que éste sea de peor calidad, menos profundo y reparador.

Trastornos del sueño

Este retraso del inicio del sueño se debe a dos factores. Por un lado, a la generación de estímulos continuos al "interactuar" con estas herramientas en un momento en que se debe estar 'desconectando', preparándose para una transición gradual hacia la acción de dormir. Estos estímulos producen un estado de mayor excitación mental que dificultará el sueño.

Además, se ha comprobado que la luz que emiten los dispositivos reduce la secreción de melatonina, hormona que se libera cuando nos acostamos y apagamos la luz. Esta reducción de la hormona impide que pueda llevar a cabo su función de facilitadora del sueño, así como sincronizadora del reloj biológico.

Las personas que suelen estar más afectadas son las de edades comprendidas entre los 18 y 32 años, puesto que son los jóvenes los que pasan más tiempo en las redes sociales, y por tanto, tienen el doble de posibilidades de sufrir un trastorno del sueño.

¿Cómo podemos dormir bien?

Los expertos aconsejan dejar de utilizar el móvil o los aparatos electrónicos al menos una hora antes de ir a dormir y apagarlo o dejarlo fuera del alcance de la mano en el momento de irse a la cama.

Dormir unas siete horas diarias también puede ayudar, aunque las necesidades de sueño son individuales y varían según la persona. Sin embargo, coinciden en que un descanso óptimo no depende exclusivamente de las horas que se dedican al sueño. Es también de gran importancia la calidad del mismo. Es mejor dormir un bloque de cinco horas seguidas que pasar diez horas en la cama con un sueño interrumpido.