Recursos

Cuando hablamos sobre hábitos saludables, la prevención es el mejor sistema para proteger la salud, sobre todo la de los niños. De manera que la higiene, el cuidado dental, una buena alimentación e hidratación diaria son los pilares en los que se fundamenta una buena salud.

Así que te recomendamos estos 5 hábitos saludables que ayudarán a mejorar la salud de los más pequeños.

Podemos empezar por enseñar a los niños unas sencillas pautas de prevención de ciertas enfermedades en el propio hogar.

1. Lavarse las manos frecuentemente

Las manos están en contacto con infinidad de superficies y, por tanto, con gran cantidad de bacterias que pueden provocar enfermedades. Sobre todo cuando tocamos nuestra cara y entran en contacto con las mucosas en la nariz, boca y ojos.

Si enseñamos a los niños a lavarse las manos de manera frecuente, convirtiéndose en un gesto cotidiano, evitaremos que las bacterias lleguen al interior del organismo y originen una enfermedad.

Pero no sólo se deben lavar las manos antes de cada comida. Debemos conseguir que se las laven después de haber estado jugando en la calle, si estornudan, si han tirado la basura o paseado con su mascota y, sobre todo, después de ir la baño. Actualmente, solo 1 de cada 3 personas se lava las manos después. Pasando, al menos, 10 segundos bajo el agua, conseguiremos eliminar las bacterias.

Debemos hacer hincapié en eliminar la suciedad que se acumula debajo de las uñas y entre los dedos. Así que enseñaremos a los menores a restregar bien esas zonas con jabón, para eliminar los gérmenes.

2. Cepillarse los dientes tres veces al día

Mantener una dentadura limpia no sólo nos permite lucir una sonrisa perfecta, sino también para una mejor salud bucodental, evitando la aparición de infecciones.

A los niños debemos inculcarles el hábito desde una temprana edad, empezando a limpiar la boca con un cepillo o paño adaptado a la edad del menor.

Para los más pequeños que empiezan a tener sus propios dientes, elegir el cepillo adecuado es imprescindible para que se habitúen y desarrollen su propia autonomía. Y, muy importante; enseñar la técnica del cepillado.

3. Ingerir líquidos, aunque no se tenga sed

Aunque no tengan sed, los niños deben beber suficientes líquidos para mantenerse hidratados. Lo más recomendable es ofrecerles agua, leche y zumos de fruta naturales. Evitemos refrescos y bebidas azucaradas.

4. Aumentar el consumo de frutas y verduras

Aunque para muchos niños cueste que coman frutas y verduras, son alimentos clave en su desarrollo. Lo recomendable son 5 raciones de fruta y verduras al día.

5. Practicar ejercicio de forma habitual

Una buena dieta se debe combinar con la práctica regular de ejercicio. Realizar una actividad física diaria de unos 60 minutos es suficiente. No es necesario que sea deporte duro, con simples juegos infantiles podemos conseguir que los niños se muevan.