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Los primeros representantes de la Generación Z, los auténticos nativos digitales ya empiezan a salir de las aulas y comienzan a tomar las calles en busca de trabajo, para ocupar su lugar en la sociedad. Esta generación se caracteriza por haberse encontrado con internet en todas las facetas de su vida, donde la tecnología e internet son su seña de identidad, igual que los millennials.

Pero, ¿cuáles son los rasgos que caracterizan a la GenZ? Los docentes detectan que estos jóvenes dan poco valor a la cultura en general, y detectan una menor capacidad de atención para aquello que no dé resultados a corto plazo, inmediatez a la que están acostumbrados con las nuevas tecnologías.

Contrariamente, la generación Z destaca por su creatividad y adaptabilidad a los entornos laborales emergentes, y apuestan por nuevos modos de aprendizaje, ya que muestran gran desconfianza hacia el modelo educativo tradicional.

Todo parece indicar que la llegada de estos jóvenes al mercado laboral supondrá un cambio generacional en las estructuras empresariales mucho más radical que el protagonizado por los millennials.

A pesar que buena parte de las profesiones a las que se dedicarán estos jóvenes todavía no existen, se detecta en todo el mundo una tendencia hacia estudios relacionados con las ramas del conocimiento denominado STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas), ya que consideran que el futuro laboral irá en esta dirección.

El mercado laboral cambiará a medida que esta generación vaya entrando en la edad adulta, y se recupere el dinamismo del empleo. Por ejemplo, en el informe Universum del pasado año se indica que a los GenZ les preocupa no encontrar un empleo acorde a su personalidad, además de no tener posibilidades de crecimiento profesional y no poder alcanzar las metas que se marquen a lo largo de sus carreras.

Esta generación no lo va a poner fácil, y es que a la hora de estudiar una oferta de trabajo tendrán en cuenta el comportamiento ético del empleador. Son conscientes de que hay que cambiar las cosas y están dispuestos a ello. El reto ahora es para las empresas, que deben cambiar la forma de hacer las cosas, y adaptarse a unas exigencias que pueden originar cambios en sus estructuras organizativas.