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Prestaciones de asistencia social para trabajadores accidentados
Entre el período 2006 y 2013, las mutuas destinaron más de 125 millones en ayudas a trabajadores que, a consecuencia de haber sufrido un accidente laboral, se encontraron en una situación de incapacidad permanente reconocida, o bien, requieren de ayuda para su reinserción en el mundo laboral y carecían de los medios económicos suficientes. Además, estas ayudas a trabajadores accidentados son independientes a las dispuestas por la Seguridad Social y, a la vez, son compatibles entre ellas.
Por otro lado, los familiares o personas vinculadas a trabajadores que han fallecido en un accidente laboral o bien por una enfermedad derivada de la actividad profesional, también pueden disponer de las ayudas económicas concedidas por la Comisión de Prestaciones Especiales.
Este órgano decide la cantidad económica que destina a cada caso, en función de la valoración que haga de las necesidades sociales del afectado, tales como los ingresos que percibe la unidad familiar y la disponibilidad de la Reserva de Asistencia Social que tenga la propia mutua.
En el año 2013, las mutuas se gastaron de media por trabajador 1.994 euros, destinando 22,5 millones de euros a ayudas sociales, sobre todo a gastos de alquiler o hipoteca, ayudas por estudios o planes de formación enfocados a facilitar la reinserción laboral del trabajador, y para adaptar la vivienda, por ejemplo, en la eliminación de barreras arquitectónicas.
Pasa solicitar estas ayudas, el trabajador accidentado o bien sus familiares pueden hacerlo directamente a través de la propia mutua donde tenga cubiertas las contingencias profesionales. Así mismo, a raíz de la nueva Ley de Mutuas, vigente desde el 1 de enero de este año, se creó la Reserva de Asistencia Social para que las mutuas destinen una parte de sus excedentes a ayudar a los trabajadores accidentados y/o a los familiares que lo necesiten, tras sufrir un accidente o enfermedad laboral.